Event Title

Entre la tradición y la transgresión

Presenter Information

Lourdes Fernandez Ruiz

Start Date

25-6-2010 2:45 PM

End Date

25-6-2010 4:15 PM

Description

This presentation is part of the Science, Tradition and Patriarchy track.

Las relaciones de poder de género están aquí, a veces explícitas, otras silenciosas o solapadas, pero aquí. Aún goza de buena salud la cultura patriarcal sin que por ello minimicemos los avances alcanzados en la equidad, sin que ignoremos las agudas transformaciones producidas en las sociedades, incluida Cuba, tanto en las concepciones como en las prácticas y que heredamos hacia hoy de las últimas décadas del siglo XX.

Se quiebran valores, tiemblan los estereotipos, se confunden ideas, se mezclan e interpenetran otras, se aprecia mayor flexibilidad pero resurgen o se reciclan siempre, de algún modo, las nociones tradicionales que se han esforzado en promover y mantener espacios de exclusión y de dominio – subordinación entre valores y entre las personas en virtud de su condición sexuada. Nociones que han hecho de ciertos valores asociados a la masculinidad la medida de todas las cosas y el paradigma de lo supremo. Nociones que han sabido someter a ciertos valores asociados con la feminidad. Estamos ante una de las diversas aristas que sostienen relaciones de poder en la sociedad: la condición de género. Existen otras relaciones de poder: de clase, de raza, de etnia, de edad, etc., que se entrecruzan y agudizan las situaciones de sometimiento y discriminación pero aquí solamente estaremos examinando las relaciones de poder de género que develan la supremacía de los valores masculinos en relación a los femeninos y por consiguiente, a partir de las asignaciones socioculturales de estos valores, las relaciones de dominio – subordinación de los hombres con respecto a las mujeres.

La exclusión milenaria de las mujeres del acceso a la cultura y al saber, es una de las expresiones más claras del ejercicio del poder de género hacia ellas. Un siglo escaso dista hasta nuestros días de las pioneras en ciencia. Tres décadas de la irrupción masiva de las mujeres en las universidades. Estamos ante un hecho novedoso en su magnitud actual. Estamos ante los estudios de género, ciencia y tecnología, que si bien poseen antecedentes en algunas incursiones en universidades al inicio del siglo XX, no es hasta las últimas décadas del propio siglo que alcanzan fuerza, extensión y difusión intentando ofrecer respuestas a preguntas como: ¿Cuál hubiese sido el curso de la ciencia si hubiese sido creada por hombres y mujeres? ¿El hecho de ser relativamente reciente la presencia significativa de las mujeres en la “ciencia” habrá traído consecuencias en los diseños, problemas, métodos y concepciones en este sentido? ¿Es la ciencia hasta hoy androcéntrica? ¿Por qué tantas mujeres se van y abandonan su preparación en distintas etapas del camino? ¿Qué las hizo interesarse en la academia? ¿Cómo conciliar el desempeño académico y la propia vida?

Hacer de la vida profesional, académica un proyecto de vida es una realidad que acentúa la capacidad de autonomía de las mujeres que encuentran en este camino tanto atractivo o compromiso como el que pudieran encontrar en otras asignaciones a partir de su condición sexuada. Si embargo, las mujeres en las ciencias transgreden las asignaciones patriarcales de feminidad, pues sin dejar de “ser para los demás” que es lo que se espera de ellas, comienzan a sentir un disfrute especial en “ser para sí mismas”, en emprender empeños de desarrollo personal, profesional e intelectual propios. Probablemente por ello Stanley Hall, psicólogo norteamericano de inicios del siglo XX, satanizando estas inclinaciones de algunas mujeres, afirmaba que cuando ellas deseaban y se dedicaban a las ciencias esto constituía “(…) la apoteosis del egoísmo desde cualquier ética biológica”.

Devaluar a las mujeres en el ejercicio de sus roles tradicionales, culpabilizarlas, minimizarlas, esto es lo que desde incluso el pensamiento científico se ha tratado de hacer para coartar el acceso al saber en las mujeres.

Este ejercicio del poder y violencia en lo simbólico, en lo psicológico, lo continuamos apreciando hoy en los testimonios de mujeres académicas al referirse a su vida privada y a los costos que supone un proyecto propio de vida, el desarrollo intelectual y la autonomía subjetiva y profesional.

En la lectura de este trabajo estaremos reflexionando acerca de estas ideas, estaremos analizando los alcances en paridad y equidad de género en las ciencias y la tecnología en Cuba así como las limitaciones aún existentes que permiten develar la subsistencia de la cultura patriarcal en la evidente segregación horizontal y vertical de las ciencias así como en el androcentrismo de lo paradigmático en el quehacer científico existente actualmente en nuestra sociedad. Ello nos invitará a pensar en las posibles alternativas para continuar subvirtiendo esta realidad y avanzar en los ideales de equidad y humanismo en nuestra realidad contemporánea.

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COinS
 
Jun 25th, 2:45 PM Jun 25th, 4:15 PM

Entre la tradición y la transgresión

This presentation is part of the Science, Tradition and Patriarchy track.

Las relaciones de poder de género están aquí, a veces explícitas, otras silenciosas o solapadas, pero aquí. Aún goza de buena salud la cultura patriarcal sin que por ello minimicemos los avances alcanzados en la equidad, sin que ignoremos las agudas transformaciones producidas en las sociedades, incluida Cuba, tanto en las concepciones como en las prácticas y que heredamos hacia hoy de las últimas décadas del siglo XX.

Se quiebran valores, tiemblan los estereotipos, se confunden ideas, se mezclan e interpenetran otras, se aprecia mayor flexibilidad pero resurgen o se reciclan siempre, de algún modo, las nociones tradicionales que se han esforzado en promover y mantener espacios de exclusión y de dominio – subordinación entre valores y entre las personas en virtud de su condición sexuada. Nociones que han hecho de ciertos valores asociados a la masculinidad la medida de todas las cosas y el paradigma de lo supremo. Nociones que han sabido someter a ciertos valores asociados con la feminidad. Estamos ante una de las diversas aristas que sostienen relaciones de poder en la sociedad: la condición de género. Existen otras relaciones de poder: de clase, de raza, de etnia, de edad, etc., que se entrecruzan y agudizan las situaciones de sometimiento y discriminación pero aquí solamente estaremos examinando las relaciones de poder de género que develan la supremacía de los valores masculinos en relación a los femeninos y por consiguiente, a partir de las asignaciones socioculturales de estos valores, las relaciones de dominio – subordinación de los hombres con respecto a las mujeres.

La exclusión milenaria de las mujeres del acceso a la cultura y al saber, es una de las expresiones más claras del ejercicio del poder de género hacia ellas. Un siglo escaso dista hasta nuestros días de las pioneras en ciencia. Tres décadas de la irrupción masiva de las mujeres en las universidades. Estamos ante un hecho novedoso en su magnitud actual. Estamos ante los estudios de género, ciencia y tecnología, que si bien poseen antecedentes en algunas incursiones en universidades al inicio del siglo XX, no es hasta las últimas décadas del propio siglo que alcanzan fuerza, extensión y difusión intentando ofrecer respuestas a preguntas como: ¿Cuál hubiese sido el curso de la ciencia si hubiese sido creada por hombres y mujeres? ¿El hecho de ser relativamente reciente la presencia significativa de las mujeres en la “ciencia” habrá traído consecuencias en los diseños, problemas, métodos y concepciones en este sentido? ¿Es la ciencia hasta hoy androcéntrica? ¿Por qué tantas mujeres se van y abandonan su preparación en distintas etapas del camino? ¿Qué las hizo interesarse en la academia? ¿Cómo conciliar el desempeño académico y la propia vida?

Hacer de la vida profesional, académica un proyecto de vida es una realidad que acentúa la capacidad de autonomía de las mujeres que encuentran en este camino tanto atractivo o compromiso como el que pudieran encontrar en otras asignaciones a partir de su condición sexuada. Si embargo, las mujeres en las ciencias transgreden las asignaciones patriarcales de feminidad, pues sin dejar de “ser para los demás” que es lo que se espera de ellas, comienzan a sentir un disfrute especial en “ser para sí mismas”, en emprender empeños de desarrollo personal, profesional e intelectual propios. Probablemente por ello Stanley Hall, psicólogo norteamericano de inicios del siglo XX, satanizando estas inclinaciones de algunas mujeres, afirmaba que cuando ellas deseaban y se dedicaban a las ciencias esto constituía “(…) la apoteosis del egoísmo desde cualquier ética biológica”.

Devaluar a las mujeres en el ejercicio de sus roles tradicionales, culpabilizarlas, minimizarlas, esto es lo que desde incluso el pensamiento científico se ha tratado de hacer para coartar el acceso al saber en las mujeres.

Este ejercicio del poder y violencia en lo simbólico, en lo psicológico, lo continuamos apreciando hoy en los testimonios de mujeres académicas al referirse a su vida privada y a los costos que supone un proyecto propio de vida, el desarrollo intelectual y la autonomía subjetiva y profesional.

En la lectura de este trabajo estaremos reflexionando acerca de estas ideas, estaremos analizando los alcances en paridad y equidad de género en las ciencias y la tecnología en Cuba así como las limitaciones aún existentes que permiten develar la subsistencia de la cultura patriarcal en la evidente segregación horizontal y vertical de las ciencias así como en el androcentrismo de lo paradigmático en el quehacer científico existente actualmente en nuestra sociedad. Ello nos invitará a pensar en las posibles alternativas para continuar subvirtiendo esta realidad y avanzar en los ideales de equidad y humanismo en nuestra realidad contemporánea.